"Dadme dos horas al día de actividad, que las otras 22 las dedicaré a soñar- siempre y cuando luego me acuerde." - Luis Buñuel, cuando le preguntaron en qué gastaría el tiempo si le dijesen que le quedan 20 años de vida.
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Llevamos semanas escuchando hablar de cine y pelis y actores y directores. Los goya ya están aquí, pero el cine lleva estando mucho más, como nos demuestra Luis Buñuel, nuestro bastardo del mes. ¿Quién se va a merecer más que él este título que le damos, si hoy en día le mirarían igual de raro (y con fascinación) que hace 100 años, cuando rompió con las normas del cine?
Además que si en el estreno de tu primer cortometraje, Un perro andaluz (1927), te escondes detrás de la pantalla, con los bolsillos llenos de piedras como precaución ante posibles reacciones airadas de los espectadores, quiere decir que eres muy consciente de que manejas material explosivo.
Con su surrealismo y agudo humor negro, que tocaba otros temas considerados 'anticlericales y pornográficos', consiguió hacerse un hueco entre los grandes de Hollywood a la vez que ser censurado en otros tantos lugares. Un clarisísimo ejemplo de que ser rompedor te puede llevar a la cima, si no te dejas llevar por lo malo que digan de ti. Por todo esto, le bautizamos como nuestro bastardo del mes, además en el mes de su nacimiento, 125 años después.
Buñuel se interesó por las artes escénicas gracias a que desde pequeño pudo atender bastante al teatro y la ópera. Con diecisiete años, después de estudiar con los Jesuitas y recibir una educación religiosa que marcó su devenir personal y artístico, se mudó a Madrid, inicialmente con la idea de estudiar Ingeniería Agrónoma, pero acabó decidiéndose por Filosofía y Letras.
Como todos sabemos, Dios los cría y ellos se juntan. Y es que los hechos no se pudieron dar de otra forma, el destino decidió juntarlo en la residencia de estudiantes con otros con los que compartiría su fama en el arte, como Salvador Dalí o Federico García Lorca.
A partir de aquí, es hablar de un torbellino de surrealismo, controversia y talento descomunal, que lo llevó a hacer historia.
Tras el éxito de El perro andaluz, el equipo que había creado junto a Dalí se fue al garete tras su segundo trabajo, La edad de oro. Pero esto no le frenó los pies. En 1930, puso rumbo a Hollywood, a la Metro Goldwyn Mayer, donde pudo codearse con titanes como Chaplin o Serguéi Eisenstein.
Luis Buñuel acabó quedándose en México, pero su prestigio ya era tal por esa época, que se le permitió rodar en España en plena dictadura. Luis Buñuel siguió trabajando hasta los años 70 y se retiró con Ese oscuro objeto del deseo (1977). Siempre mantuvo su esencia irreverente, su humor ácido y su amor por lo absurdo. Fiel a su estilo incluso tras su muerte en 1983, pues pidió ser incinerado y que sus cenizas fueran esparcidas en un monte cercano a su pueblo natal.
Habitación 208: donde soñar y crear grandes cosas
Luis Buñuel y compañía nos han demostrado que entrar en una residencia puede tener consecuencias que no te imaginarías. No sabes en quién se pueden convertir esos rostros desconocidos con los que te encuentras.
Pues quizás si te vienes su habitación compartida de 6, acabas creando tu propia revolución artística como el mismísimo Buñuel; ¿¡qué mejor opción!? Si resulta que ya eres todo un revolucionario con cuadrilla y todo, pues también puede ser toda vuestra. Con vuestro baño privado ahí mismo, cargador en cada cama y una cajonera para cada uno. Juntos pero no revueltos.
Aquí vas a encontrar todas las comodidades, para que os centréis sin ninguna preocupación en soñar tooda la noche y luego salgáis a hacer realidad eso que prefiráis por las calles de Madrid.
Deja tu huella imborrable en Bastardo
Y si no eres tanto de soñar, y eres más de hacer, en Bastardo pasan muchas cosas, de las que puedes formar parte. Nuestra programación nos delata, pero estando en el centro de Madrid no podemos parar, y más entre los barrio de Chueca y Malasaña.
Si te entra hambre, en nuestra planta baja convivimos con Limbo, el sitio perfecto si quieres comer un pollo a la brasa de película o tomarte algo antes de empezar la tuya por el barrio.
Bueno ya ves que Bastardo es muchas cosas, pero nunca un hotel como los que conoces, aquí también nos gusta romper con lo que siempre nos han dicho que debemos ser... ¡pero siempre pendiente de que seas tú el prota!