Ya sabéis que nos gusta homenajear las diferentes artes con nuestros bastardos del mes, que no son otros que aquellas figuras icónicas que admiramos y que nombran nuestras habitaciones. Entre todas las disciplinas, nuestro corazoncito siempre tiene lugar para la danza y nuestra programación numerosas veces la incluye sin ser un teatro.
Por eso, en septiembre solo se nos viene a la cabeza una de las mujeres más icónicas de la danza universal: Alicia Alonso, la legendaria bailarina cubana que, a pesar de los obstáculos y de perder gran parte de la visión, se convirtió en un símbolo mundial del ballet y en la fundadora del Ballet Nacional de Cuba. Su arte trascendió fronteras y generaciones, consolidándola como una de las grandes intérpretes de Giselle y como referente absoluto de la danza clásica en el siglo XX.
Por todo ello, nuestra Bastarda del mes no podía ser otra que ella, Alicia Alonso no solo bailaba, sino que vivía cada movimiento, inspirando a miles de artistas en todo el mundo. Su legado es una lección de constancia, pasión y de cómo los sueños, si se bailan con el corazón, pueden volverse eternos.
"Por la danza valdría la pena vivir 200 años"
Alicia Alonso fue una de las mejores bailarinas y coreógrafas de su generación. Nació en La Habana, Cuba, el 21 de diciembre de 1920 y cambió la historia de Cuba para siempre.
Pocos artistas tienen la capacidad de romper estereotipos. La imagen tradicional de las bailarinas de ballet respondía a un perfil europeo, preferiblemente eslavo. A las mujeres latinas se les suponía un don natural para bailes más cálidos. Hasta que llegó Alicia Alonso y arrasó con todo. Prima Ballerina del Ballet Nacional de Cuba, bailó hasta bien entrados los 70 años, y cerca de la centena, continuaba ejerciendo como directora artística.
Su explosión internacional llegó cuando le tocó sustituir a la gran Alicia Markova en Giselle. Nada volvió a ser igual. Con una técnica exquisita y una capacidad expresiva fuera de lo común, conmovió al público. Como dijo el mítico Maurice Béjart: “Alicia nació para que Giselle no muriera”.
Padecía graves problemas de visión desde su juventud que no fueron un obstáculo para convertirse en una de las grandes de la danza mundial. Alicia bailaba entre sombras.
Habitación 316, solo para familias que bailan juntas
No hay mejor inspiración que Alicia Alonso para dar movimiento y vida a nuestra habitación 316. Dormitorio familiar de 4 con un espacio reservado solo para aquellas familias que, como en un ballet, saben bailar juntas entre sueños, risas y complicidad.
La habitación 316 es una joya para familias: un espacio privado pensado para cuatro bailarines que saben disfrutar de Madrid sin perder la comodidad de sentirse en casa. Aquí tenéis sitio de sobra para vuestras sesiones de ballet en familia, donde poder improvisar vuestras propias coreografías.
Lo mejor, es que no tendréis que preocuparos por nada: baño privado para todos con las toallas incluidas y por supuesto, las camas más cómodas de todo el centro de Madrid.
"Prima bastardina"
¿A qué estáis esperando? Si queréis volver a inculcar la danza en familia, Bastardo Hostel es el mejor lugar para hacerlo, ya que nos situamos en pleno centro de Madrid ciudad donde el arte y la danza es un deber. Y no pierdas el hilo de nuestro ciclo bimestral Dance Impro Space y nuestro festival anual Off Stage Dance Event porque son de las cosas más bonitas que hacemos.
Aunque nos guste mucho estar todo el día moviéndonos y haciendo ejercicio, los buenos descansos también se agradecen. Por eso contamos con nuestros compañeros de Limbo y su cervecería que estarán siempre a vuestra disposición por si os entra el hambre o si se os antoja una cervecita, cada quién con sus descansos.(Nosotros somos más de cervecita.)
¡Entra sin llamar!
